La mayoría de ensayos clínicos utilizan modelos celulares, animales y pacientes masculinos.
El sesgo de género puede afectar en elegir la dosis correcta, los tratamientos e incluso como se presentan las enfermedades.
Muchas enfermedades se presentan con mayor frecuencia en hombres o mujeres. Un ejemplo de ello es el cáncer, donde es mucho mayor la posibilidad de padecerlo si eres hombre.
Los síntomas del ataque al corazón son muy diferentes a los de los hombres.
“El coronavirus es el caso más cabal que permite notar las diferencias en la presentación de una enfermedad entre hombres y mujeres. En hombres el virus mata a más hombres, pero persiste mucho más en mujeres”, señala a Vida y Salud la Dra. Elisa Llurba, co-coordinadora del Programa Transversal de Investigación en salud de la Mujer y Género del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital San Pau de Barcelona (IIB San Pau), que fue lanzado estos días con el fin de incorporar perspectiva de género en la investigación. Justamente en este artículo te hablaremos de algunas diferencias que se presentan en hombres y mujeres en la incidencia, los síntomas, factores de riesgo e incluso del efecto en la sociedad de las enfermedades.
“La investigación biomédica sigue originándose principalmente en estudios realizados en material celular, modelos animales masculinos u hombres y con frecuencia no tiene en cuenta los diferentes patrones de salud y enfermedad en mujeres y hombres en función del sexo y el género”, apuntan desde el IIB San Pau. Además, señalan, que esta falta de representatividad en ensayos clínicos puede provocar que las dosis de medicamentos no sean las adecuadas, o que directamente existan efectos secundarios que no se esperaban.
Dejando de lado las enfermedades andrológicas y ginecológicas que no se producen en el otro sexo, el número de personas afectadas por diversos trastornos en poco conocido:
Carrie Zhu, del departamento de salud poblacional de la Universidad de Austin Texas, publicó hace unos días un artículo que pone de manifiesto que salvo los cambios en los niveles de testosterona (hormona sexual masculina), la base de las diferencias entre los sexos no se entiende del todo.
Lo que proponen es que además de la genética familiar, algunas mutaciones y los estilos de vida, las características propias de pertenecer a un sexo, puede afectar en como se produce la enfermedad.
Diferencias en la incidencia
Algunas enfermedades pueden ser más comunes en un sexo que en otro, por ejemplo:
Alzheimer: Hay una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad en mujeres que en hombres. Además, si bien dos tercios de los pacientes son mujeres, se piensa que puede deberse a que la edad es un gran factor de riesgo, y las mujeres en general viven más.
Enfermedades cardiovasculares: Casi 6 de cada 10 fallos cardiacos se presentan en hombres (con hasta el doble de probabilidades de padecerlo), pero en general son las mujeres quienes tienen mayor riesgo de morir.
Osteoporosis: Las mujeres tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad que debilita la estructura del hueso y por coincidente aumenta el riesgo de fracturas. La enfermedad ha sido muy poco estudiada en hombres y por esa razón, los tratamientos actuales tienen poco efecto
Depresión: La probabilidad de sufrir algún trastorno depresivo es doble en mujeres que en hombres. Se teoriza que se debe a una diferencia en la química cerebral y hormonal. Se debe considerar también el efecto social y ambiental al que muchas mujeres se enfrentan, especialmente en el caso del estrés y traumas.
Cáncer: En general, es mayor el número de hombres que mujeres con cáncer; de la misma manera que es mayor en hombres la posibilidad de padecerlo. Esto, de acuerdo a algunas investigaciones se debe a algunos genes protectores del cáncer que se encuentra en mayor medida en mujeres.
Los síntomas pueden ser muy distintos
Muchas veces, algunos síntomas de enfermedades pueden ser muy conocidos por todos. Un ejemplo es el del ataque al corazón:
Dolor o entumecimiento en el brazo izquierdo, la mandíbula, el cuello y la espalda; falta de aire y presión en el pecho.
Pero en las mujeres se presentan otros síntomas únicos, como nausea, vómitos o incluso cansancio que no se recupera.
Aunque el dolor es subjetivo, y es muy difícil comparar entre personas, la evidencia muestra que las mujeres tienden a sentir más dolor que los hombres. Lo que puede llevar a que tengan mayor riesgo a padecer condiciones de dolor crónico, especialmente durante el periodo reproductivo. Por lo que el efecto de los analgésicos y tratamientos contra el dolor puede ser muy diferente según el sexo.
Otras diferencias
Los factores de riesgo, como las diferencias hormonales, los estilos de vida y las estructuras biológicas que tienen los hombres y mujeres pueden jugar un rol más grande de lo que se puede pensar a primera vista.
Las presiones sociales y los roles de géneros de distintas culturas pueden llevar también a que se genere una diferencia:
En muchos casos hay menos probabilidades que los hombres visiten al médico o tengan uno de cabecera. Cómo lo mencionamos en un artículo, que el andrólogo es el paralelo de los hombres, como es el ginecólogo en las mujeres.
En síntesis, entender las diferencias de sexos en enfermedades comunes es esencial para mejorar el bienestar general. Reconocer las características únicas en el ámbito médico puede aumentar las opciones de tratamiento y así personalizar los cuidados e incluso prevenir con mayor precisión enfermedades antes que ocurran. Esto no significa olvidarnos de reducir los factores de riesgo generales como son tener una dieta balanceada, realizar ejercicio, reducir el consumo de tabaco y alcohol, así como trabajar el manejo del estrés.
Por Carlos Diego Ibáñez
© 2023 Hispanic Information and Telecommunications Network, Inc (HITN). All rights reserved.
コメント