Las preocupaciones económicas, las responsabilidades en el trabajo, los compromisos con la familia y la necesidad de hacer que el dinero alcance para llegar a fin de mes, pueden estar poniendo en riesgo tu salud. Así lo demostró un estudio reciente desarrollado por unos investigadores estadounidenses. Aquí te contamos más detalles al respecto y
algunas recomendaciones para manejar el estrés relacionado con la economía del hogar.
Algunas personas trabajan para vivir y otras viven para trabajar. Las que siguen el segundo caso, a veces lo hacen por vocación pero muchas otras, en realidad, lo hacen por presión. Los gastos diarios, los impuestos y servicios, la comida, el colegio de los chicos, la ropa, las salidas y ni hablar si hay que pagar la renta o el alquiler. Todas estas cosas incrementan el monto de dinero necesario para llevar el estilo de vida deseado. Por eso, muchas personas terminan inmersas en el trabajo, obsesionadas por conseguir dinero y llegar tranquilas a fin de mes, o simplemente, llegar a fin de mes y cumplir.
Pero esta situación es estresante para cualquiera y si se prolonga con el tiempo puede ser perjudicial para la salud. Al respecto, un estudio desarrollado por unos investigadores del Center for Advancing Health, ubicado en Washington, Estados Unidos, analizó la respuesta de más de 10 mil encuestados en Pensilvania durante 2008 y detectó que más de una cuarta parte de quienes habían declarado tener una mala situación económica calificó su salud como mala o pasable.
Además, entre las personas que tenían dificultades para pagar la vivienda había más casos de presión arterial alta y artritis; y la diferencia era notable entre las personas que debían pagar alquiler y aquellas que eran dueños de la propiedad.
En esta sociedad moderna donde el tiempo vale oro y la prioridad es ser productivo es fácil caer en el olvido de nuestras necesidades vitales, entre ellas el descanso, el ocio y el tiempo de entretenimiento y diversión.
El cuerpo necesita estar fuerte y para eso es necesario mantener una vida equilibrada, acompañada con una dieta saludable y, en lo posible, una rutina de ejercicios (y si es al aire libre, mejor, ya que dicen que el estar en contacto con la naturaleza y ver el verde de las plantas, hace bien para bajar el estrés y mantener una autoestima elevada).
Pero en el apuro por cumplir y hacer todo, tanto en el trabajo como en el hogar, muchas veces se pierde de vista el hecho de que junto a las tareas y responsabilidades también aumenta el nivel del estrés y la productividad se desploma: el estrés puede destruir tu capacidad de concentración, irritarte, deprimirte y hasta afectar tus relaciones personales y profesionales.
Además, el estrés puede debilitar tu sistema de defensas, lo que aumenta tu vulnerabilidad a contraer una amplia variedad de enfermedades, desde alergias, resfríos y dolores de espalda, hasta depresión, problemas cardíacos y otras condiciones crónicas. Por eso, es importante que reconozcas si estas ante una situación de estrés prolongada que no termina nunca, para que puedas hacerte cargo del problema y buscar una solución. Y si no lo logras por tus propios medios, es importante que busques ayuda profesional.
Mientras tanto, aquí tienes algunas recomendaciones que podrían ayudarte a controlar el estrés relacionado con el dinero y tu economía hogareña:
Procura tomar cinco minutos de descanso para tomar un té y no te olvides de tomar pausas para relajarte y reponer las energías.
No entres en pánico ante las historias negativas que escuchas a diario en los periódicos y en la televisión. Trata de pensar positivo y busca oportunidades.
Trata de cambiar el modo en que vez las cosas y encuentra oportunidades de crecimiento y cambio real en los desafíos. Es conocido el dicho que dice que en toda crisis siempre hay una oportunidad, trata de encontrarla y aprovéchala.
Identifica las cosas que te generan estrés relacionados con las finanzas y evalúa las formas en que tú y tu familia pueden reducir los gastos o manejar las finanzas con más eficiencia.
Presta atención cómo eliges controlar tu estrés y busca las formas más sanas. Muchas personas se inclinan por conductas nocivas como fumar, beber alcohol, apostar dinero o comer en gran cantidad, otras también tienden a discutir más con sus parejas u otros miembros del entorno familiar. Si este es tu caso, no dejes que empeore y considera buscar ayuda profesional.
Busca las maneras en que las dificultades económicas pueden motivarte a encontrar formas saludables para sobrellevar el estrés. Por ejemplo, prueba salir a caminar (es una manera económica de hacer ejercicio), cenar en casa con tu familia (ahorrarás dinero y estrecharás los vínculos), tomar un curso patrocinado o buscar actividades de bajo costo o gratuitas en tu localidad.
La clave es usar el tiempo para ser creativo y probar nuevas estrategias para manejar tu vida, y evitar desesperarse. Piensa que todo lo que puedas hacer hoy será como semillas que tarde o temprano darán sus frutos. Y posiblemente la crisis pase más rápido de lo que crees.
Recuerda que el trabajo es sólo uno de los aspectos importantes de tu vida y que antes que nada debes mantenerte fuerte y saludable para poder cumplir con todas tus responsabilidades. No te olvides de tu salud y cuida tus emociones, son imprescindibles a la hora de pensar en una vida equilibrada y en armonía.
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