Los altos niveles de ferritina pueden indicar una enfermedad grave por Covid-19, según investigadores de la Universidad Estatal de San Petersburgo (Rusia). De acuerdo con sus hallazgos, las concentraciones elevadas de ferritina están asociadas con una mayor producción de moléculas de señalización especiales, lo que puede conducir a complicaciones y a la muerte.
"En el 50 por ciento de los casos, los pacientes con niveles de ferritina excepcionalmente altos mueren. De hecho, lo que estamos presenciando en la actualidad con la nueva infección de coronavirus recuerda la situación del síndrome hiperferritinémico", explica Yehuda Shoenfeld, autor principal del trabajo, publicado en la revista 'Autoimmunity Reviews'.
La ferritina es una importante proteína intracelular de almacenamiento de hierro en todos los organismos. Se une a los iones libres del oligoelemento, neutralizando sus propiedades tóxicas y aumentando su solubilidad. En su forma soluble, el cuerpo es capaz de gastar hierro según lo necesite, en particular para la regulación del metabolismo del oxígeno celular.
Los bajos niveles de ferritina dan lugar a menores concentraciones de hierro y a una anemia por carencia de hierro. Los niveles elevados de ferritina, o hiperferritinemia, indican la presencia de virus y bacterias en el cuerpo. La hiperferritinemia también puede ser causada por una mutación genética. En este caso, provoca trastornos neurológicos y problemas de visión.
Estudios recientes de científicos italianos han demostrado que la ferritina es capaz de activar los macrófagos. Estos últimos son un tipo de glóbulos blancos del sistema inmunológico que desempeñan un papel fundamental en la inmunidad innata, siendo la primera línea de defensa del cuerpo.
Esto se pone de manifiesto en la hiperferritinemia en pacientes con shock séptico, el síndrome antifosfolípido catastrófico y otras condiciones médicas caracterizadas por la activación de los macrófagos. Científicos de China y Estados Unidos han informado de observaciones similares.
Cuando se activan, los macrófagos comienzan a secretar citoquinas. Estas son una categoría de moléculas de señalización que median y regulan la inmunidad. En bajas concentraciones, son seguras para el cuerpo y ayudan a protegerlo contra virus y bacterias. A niveles altos, se desarrolla la llamada "tormenta de citoquinas", que puede ser letal para la mitad de los pacientes, especialmente para los ancianos", detalla Shoenfeld. "Por lo tanto, la hiperferritinemia se ha asociado con una mayor gravedad de la enfermedad y resultados adversos, incluyendo Covid-19.
El científico identificó otro indicador importante de la activación de los macrófagos y una alta probabilidad de complicaciones. Este es el marcador CD163. En el Laboratorio del Mosaico de Autoinmunidad de la Universidad de San Petersburgo, los científicos están buscando una manera de reducir los niveles de ferritina en circulación. Además, están estudiando posibles métodos para inhibir la síntesis de CD163 y otras moléculas de señalización de macrófagos mediante anticuerpos. Actualmente se está realizando un trabajo similar en todo el mundo.
Además, el profesor Shoenfeld y sus colegas están trabajando en una vacuna contra el Covid-19. Los investigadores están desarrollando un método para utilizar las partículas del virus, proteínas de superficie del virus como componentes principales de la vacuna. Dado que estos fragmentos no se encuentran en el cuerpo humano, no son capaces de producir una respuesta inmune indeseable, lo que los convierte en candidatos prometedores para la vacuna.
MADRID, 22 ABIRL 2020 (EUROPA PRESS)
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