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Abuso sexual

El abuso sexual sigue siendo un tabú. Cada vez menos, pero la realidad es que todavía no hablamos lo suficiente al respecto. Es por eso que quise hacer este post.

¿Por qué es fácil contar y admitir que un ladrón nos asaltó, pero es tan difícil decir que alguien abusó sexualmente de nosotras?



Hay distintas razones por las que el abuso sexual sigue siendo un tema tabú. Para empezar, porque involucra sentimientos sexuales y partes íntimas de nuestros cuerpos. Y en una sociedad conservadora, hablar de esos temas puede generar “pudor” (siempre he odiado esa palabra). Otra razón es porque, muchas veces, el perpetrador es un familiar o alguien cercano a la víctima y eso crea dificultades emocionales incluso para identificar “lo que pasó” como abuso sexual. Pero es hora de que rompamos el silencio y eliminemos esa vergüenza. Mucha gente sufre innecesariamente repercusiones de un abuso sexual. Y uno de los primeros pasos es informarnos sobre lo que realmente es el abuso sexual y sobre una sexualidad saludable.

1 El abuso sexual es como una epidemia

2 A veces no podemos identificarlo como abuso

3 ¿Qué es el abuso sexual?

4 Tipos de abuso sexual

4.1 Estos son los tipos más comunes de abuso sexual.

5 Hablando de consentimiento

5.1 … entonces ¿cuáles son los requisitos para dar REALMENTE tu consentimiento?

5.2 Algunos puntos que siempre es importante aclarar:

6 Mitos que ya no deberían existir

7 Repercusiones del abuso sexual

8 Siguientes pasos

El abuso sexual es como una epidemia Se estima que 1 de 3 mujeres ha sufrido en algún momento de su vida, algún tipo de abuso sexual. Y 1 de cada 7 hombres. No son cifras oficiales. La última cifra oficial que manejo es de hace más de 10 años en Lima Perú, donde 1 de cada 5 mujeres había sufrido abuso sexual infantil (falta tener en cuenta a las mujeres que sufren abuso sexual en la adolescencia y en la adultez y ojo que estos datos es de la gente que declara… hay mucha gente que se queda callada).

A veces no podemos identificarlo como abuso Además, hay muchas personas que han sufrido abuso sexual y ni siquiera saben que fueron víctimas. O sí lo saben, pero no pueden llamarlo por su propio nombre. Para algunos sobrevivientes quizás es difícil y toma tiempo ponerle la etiqueta de “abuso sexual” a algo que pasó. Muchas veces porque no sabemos qué es exactamente el abuso sexual. Y otras veces porque el abuso sexual es difícil de recordar. Por suerte, cada vez hay más conciencia sobre el tema.

¿Qué es el abuso sexual? Definir el abuso sexual es difícil. ¿A quién se le hace caso? ¿Lo que dicen las leyes? ¿Lo que dice el diccionario? ¿Lo que dicen los psicólogos? Algo que tienen en común todas las definiciones es que el abuso sexual es un tipo de actividad sexual – no exclusivamente sexo e incluso puede no haber contacto físico – que se da sin el consentimiento de una persona (y puede haber violencia como puede no haber). En general, el abuso sexual se da cuando alguien pisotea tus derechos sexuales y daña tu sexualidad a través de la dominación, manipulación o explotación. En otras palabras, hay una persona que domina o explota a la otra a través de algún tipo de actividad sexual. Y esa persona puede ser cualquiera. Nadie es inmune al abuso sexual: le pasa a hombres y mujeres de cualquier edad, de cualquier cultura, de cualquier orientación sexual, de cualquier nivel socioeconómico, etc.


Aunque hable asumiendo que eres mujeres, soy consciente de que los sobrevivientes de abuso sexual también pueden ser hombres. Solo que por una cuestión de estadísticas (estadísticas de abuso sexual y las estadísticas de las lectoras de este blog), escribo para mujeres.

Tipos de abuso sexual Hay distintos tipos de abuso sexual. Un escenario bastante común en nuestro cerebro es la idea de un desconocido que viola. Las mujeres en Perú (y me imagino que en Latinoamérica en general) sabemos que salir solas de noche es peligroso porque siempre está la posibilidad de que alguien nos viole. Pero ese no es el único escenario de un abuso sexual. Muchas veces es más sutil. Muchas veces la víctima siente cariño o amor por la persona que abusa de ella. Y el abusador muchas veces dice sentir este cariño también. Y estos no son los únicos escenarios. Así como definir el abuso sexual es difícil, también es difícil clasificarlo. El mundo cambia cada día y con él también cambian las formas de abuso. Ahora mandar una foto de genitales por las redes sociales puede ser considerado abuso. Antes ni existían las redes sociales. Estos son los tipos más comunes de abuso sexual.

  • Violación: puede ser de un desconocido, de un conocido, de una cita e incluso de un cónyuge. La violación no necesariamente incluye lo que pensamos como “violencia física” (lo pongo entre comillas porque el acto de violar siempre es un acto violento). Y el intento de violación también es abuso sexual.

  • Sadismo y violencia sexual: el abusador incita o trata de incitar horror y/o dolor en la víctima para incrementar su propio placer.

  • Explotación sexual: se usa a las víctimas como si fueran objetos para que tengan actividades sexuales o para material pornográfico. Ya sea para el placer sexual propio o para ganar dinero. Incluye esclavitud sexual, tráfico y prostitución.

  • Tocamiento indebido o caricias no deseadas: así sean por encima de la ropa, si incluye algún tipo de estimulación sexual sin consentimiento se considera abuso.

  • Voyerismo: invasión de la privacidad de la otra persona con la intención de sentir placer sexual.

  • Obligar a alguien a posar para fotos o videos con un contenido sexual.

Los siguientes tipos podrían estar en una delgada línea entre lo que es abuso y lo que no lo es. Quizás para una persona no sea abuso pero para otra sí. Y a fin de cuentas, lo que importa es si la víctima sintió que había algo mal. Si la persona se sintió humillada, degradada o usada, los siguientes actos son abuso sexual:

  • Exhibicionismo: mostrar partes desnudas con la intención de intimidar o excitar a la víctima. Puede ser compartiendo pornografía sin que se haya pedido.

  • Acoso sexual o amenazas: uso del género, status o cualquier diferencia de poder para intimidar o controlar a la víctima. Puede parecer tan «inocente» que a veces se confunde con coquetear.

  • Enviar mensajes o hacer llamadas con contenido sexual: es un acto de invasión a la privacidad que se suele hacer con la intención de intimidar o excitar a la víctima.

  • Ataque de género: exposición a acciones (la mayoría de veces con un tono sexual) que degradan el género sexual de la víctima. Puede ser travestir a un niño en contra de su voluntad o denigrar verbalmente el género de la víctima.

  • Acoso homofóbico: ataque verbal o físico dirigido contra una víctima percibida como homosexual.

Hablando de consentimiento La característica principal del abuso sexual es que es “sin consentimiento”. ¿Y qué cosa es dar tu consentimiento? Cuando pensamos en consentimiento, lo primero que viene a nuestra mente es dar nuestra aprobación, decir que “sí” a algo. Pero realmente, dar tu consentimiento no significa decir “sí”. Hay casos donde la gente puede decir “sí” pero en verdad no está dando su consentimiento. Por ejemplo:

  • Menores de edad

  • Personas con discapacidad intelectual

  • Personas que no están en condiciones de responder (estupefacientes, intoxicación, inconsciente o dormida).

Quiero dejar súper en claro que los niños nunca dan su consentimiento total para ningún tipo de actividad sexual con los adultos, debido a que les falta información sobre el sexo y no son lo suficientemente maduros. Si pensamos en un adolescente hombre de 17 años teniendo sexo con una mujer adolescente de 12, ¿nos suena raro? ¿Pensamos que es abuso? Incluso podríamos llamarlo violación, ¿verdad? Pero qué pasa cuando escuchamos esas historias de adolescentes hombres de 12 años teniendo su primera relación sexual con una adolescente de 17? Hay gente que hasta lo celebra y la realidad es que eso también es abuso sexual. En ninguno de los dos casos importa si la víctima parecía “querer”. El contacto sexual entre un/a adolescente de 12 años y otro/a de 17 es prematuro y explotador. También hay que tener en cuenta que alguien puede decir “sí” ante una situación de intimidación, manipulación o forzamiento. Por ejemplo, con una persona que tiene un rol de autoridad, como un padrastro, profesor, una persona con cargo superior en el trabajo, etc. Y en ninguno de estos casos importa si fuiste tú la que inició la interacción. Estas personas con una autoridad mayor a la tuya tienen una responsabilidad si responden. … entonces ¿cuáles son los requisitos para dar REALMENTE tu consentimiento?

  • Sabes y comprendes lo que está ocurriendo. Por eso, los niños, las personas con discapacidad intelectual y las personas que no están despiertas o lúcidas NO ESTÁN DANDO SU CONSENTIMIENTO.

  • Sabes lo que quieres hacer.

  • Estás en condiciones de poner límites.

  • Entiendes que le estás dando tu consentimiento a alguien. Si hay alcohol o drogas de por medio, lo importante es ser consciente de que estás dando tu consentimiento.

Algunos puntos que siempre es importante aclarar:

  • Dar tu consentimiento no significa que no puedas cambiar de opinión.

  • Que hayas dado tu consentimiento en el pasado, no significa que tengas que dar tu consentimiento de nuevo.

  • Dar tu consentimiento para una actividad sexual específica, no significa dar tu consentimiento para todo tipo de actividad sexual. Por ejemplo, consentir que alguien te bese o te toque, no significa consentir el acto sexual.

Mitos que ya no deberían existir Estos mitos, o mejor dicho falacias, contribuyen a que el abuso sexual siga siendo un tema tabú. Y solo contribuyen a seguir victimizando a las víctimas. También son los culpables de que para mucha gente sea difícil denunciar un abuso sexual y que los sobrevivientes de abuso sexual sientan vergüenza y hasta culpa.

¡LA CULPA NUNCA ES DE LA VÍCTIMA DEL ABUSO! La única persona responsable de un abuso sexual es el abusador/a. PUNTO.

“No dijo que no” o “se quedó callada”. Toda la parte en la que hablo de consentimiento explica por qué esto es una falacia. La que calla NO otorga!

“Ya habían tenido algún tipo de actividad sexual antes” o “estaban saliendo” o “eran pareja”. Haber tenido alguna actividad sexual previa con alguien no es dar tu consentimiento. Tampoco lo es seguir en una relación con alguien. “No se defendió”. Que no te defiendas, no quiere decir que estés dando tu consentimiento. Una situación de abuso sexual es una situación de amenaza y peligro. En estos casos, nuestro cerebro tiene reacciones de supervivencia: como con cualquier experiencia traumática, experimentamos reacciones fisiológicas inmediatas. Nuestro cerebro se pone en un estado de hiperalerta y cuando siente que ni escapar ni pelear es viable (muchas veces debido a que sentimos que la otra persona es más fuerte que nosotras), elige “congelar” nuestro cuerpo. Incluso en muchos casos las víctimas se quedan quietas hasta que el abuso termine. Así que si alguien dice que una persona “no se defendió y por lo tanto no se puede considerar abuso” solo está demostrando una profunda ignorancia y falta de empatía. “Estaba coqueteando” o “tenía ropa provocativa”. Ni siquiera debería estar escribiendo esto en pleno siglo XXI. Pero desgraciadamente hay mucha gente que piensa que coquetear o la ropa que una persona se ponga les da derecho a otras de iniciar algún tipo de actividad sexual. NO, NO y NO.

Repercusiones del abuso sexual Las heridas del abuso sexual son tan profundas que quizás esta es la razón por la que la gente muchas veces les da la espalda a las víctimas minimizando lo sucedido o incluso culpándolas. El abuso sexual deja efectos en la salud física y mental. Y estos efectos no necesariamente son sexuales.

Estos problemas están relacionados con la sexualidad y acordémonos que la sexualidad es una parte biológica y psicológica de nuestra identidad. No es solo el cómo nos desenvolvemos sexualmente. Estas son las repercusiones más comunes no sexuales: desórdenes alimenticios, abusos de sustancias químicas, depresión, ansiedad y comportamientos compulsivos. En cuanto a lo sexual, lo más común es que haya problemas con la salud sexual, el deseo sexual, el funcionamiento sexual, los lazos afectivos, las relaciones íntimas y la satisfacción. Para la mayoría de sobrevivientes, el abuso sexual (aunque haya quedado en el pasado) continúa interfiriendo en su vida sexual presente y en su intimidad.

Siguientes pasos Reconocer que hemos sido abusadas sexualmente es el primer paso importante para la sanación sexual. Así podemos establecer una conexión entre nuestros problemas sexuales y la raíz de esos problemas. Para algunas personas es fácil reconocerse como sobrevivientes de abuso sexual y hacer conexiones entre el abuso y el problema. Para otras no. Para algunas personas reconocer este abuso es algo difícil. Sobre todo para las personas que lo experimentaron de niñas. Nos acordamos de algunos eventos, tenemos sensaciones… pero cuando éramos niñas no sabíamos lo que era el abuso sexual así que es difícil identificar una situación como tal. Pero al reconocer e identificar el abuso sexual podemos ahorrarnos años de confusión y angustia.

Y después de reconocer e identificar el abuso ¿cuál es el siguiente paso? Para mí, el siguiente paso fue hacer una sanación sexual activa.

 


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